Hola Leones
Me podéis llamar Bezaliel. Vengo a compartir la experiencia de mi transplante capilar en tiempo real.
En este post introductorio hablaré de:
1) presentación
2) el desarrollo de la operación
3) mi situación y preocupaciones actuales en el postoperatorio (las cuáles iré actualizando periódicamente).
1) Presentación
a) Contexto preoperación
Soy un hombre de 27 años con el pelo castaño claro, rizado, de densidad media y fino. A los 23, noté una disminución en la densidad del pelo, especialmente en la parte frontal. Empecé a usar minoxidil tópico, obteniendo buenos resultados por un año y medio. Sin embargo, al empeorar la situación, tras pruebas endocrinas, comencé a tomar finasterida hace 1 año y 9 meses. Inicialmente tomé 0.5 mg al día, luego aumenté a 0.8 mg durante 7 meses y actualmente tomo 1.25 mg al día, descansando los domingos. He logrado estabilizar la caída del cabello sin experimentar efectos secundarios.
Desde hace un año quería repoblar la parte frontal. Al final decidí esperar un año para ver si tenía recrecimiento (no lo ha habido) y para fijar la estabilización de la alopecia.
Adjunto fotos de hace un mes:
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Ya el verano pasado empece a investigar y contacte con clínicas turcas (elithair y sky hair). Gracias a Dios investigué en diversos foros y decidí que el transplante lo haría en España, ya que todos esos sitios eran considerados granjas de pelo, no daban las garantías que puede dar una clínica aquí, y porque tuve una mala experiencia como cliente (una clínica por ejemplo me intento vender el transplante de una manera super agresiva, incluso se enfadaron cuando les dije que finalmente no lo haría).
Tras un año de espera, en junio me puse a tope con la investigación para hacer el transplante en julio (por motivos de trabajo no podía esperar al otoño, operarme después sería logísticamente muy complicado y no quería esperar otro año). Fue un error, debería haber seguido investigando a lo largo del año, porque pronto me di cuenta de lo dificultoso de bucear entre muchísimas clínicas para encontrar una en el punto mágico de calidad, experiencia, precio y disponibilidad. No me podía permitir los doctores super top de los que se habla en todos lados (freitas, couto, lorenzo), pero sabía que había clínicas muy buenas menos conocidas. Ximena vila parecía un buen punto intermedio pero de nuevo una lista de espera inasumuble.
En fin, me di cuenta que esto era un campo de minas, y decidí que lo mejor era consultar con alguien que lo hubiese atravesado ya, sin perjuicio de que continuar mis indagaciones. Contacté con un youtuber con muchos años de experiencia en este mundo y que me parecía honesto, claro, sin intereses ulteriores (algo imposible de verificar) y serio. Concerté una consulta y me habló de Zira, y de la doctora Coello en concreto. A su parecer, tenía resultados iguales que los de la más conocida Ochoa, a un precio inferior (imagino que porque está en una clínica en Castellón, no Valencia, y al ser un equipo más nuevo están intentando darle más visibilidad) y, sobre todo, la doctora Coello tenía disponibilidad en las fechas en las que me quería operar.
Nada es perfecto, y de los requisitos que yo buscaba, Coello tenía casi todos pero no todos. Zira me parecía una clínica seria, con buenos comentarios por lo que había visto en este foro, y esta doctora en concreto venía bien recomendada por el youtuber. Parecían profesionales transparentes con sus resultados (dentro de lo que cabe), y la formación de las doctoras e injertoras parecía buena (la clínica parte de una excisión de profesionales del doctor Freitas, es un link complejo pero real; entiendo que han heredado protocolos suyos). El trato conmigo fue bueno desde el inicio. Tenía disponibilidad y estaba en precio. Lo que no tenía era toda la experiencia que me hubiese gustado. La doctora llevaba si no recuerdo mal algo más de dos años injertando, y la extractora con la que me operé uno. A pesar de ser un detalle muy importante, lo cierto es que lo más determinante son los resultados. Vi todos los resultados de Coello que pude (instagram, un dossier de fotos de pacientes mandado por la clínica y otras encontradas online), y me gustaron.
b) Consulta y el tema de la tricotilomanía
En cuanto a medicación, desde la valoración de las fotos iniciales la doctora me pautó sustituir la finasterida por 0.5mg diarios de dutasterida, los cuales he ido incorporando paulatinamente.
Respecto de mi situación, desde el inicio el punto a mi favor es que la zona a injertar tenía ya pelo, facilitando el diseño de los injertos a realizar y la vascularización de la zona receptora. Pero el gran inconveniente fue la falta de cabello en la zona donante de los laterales. Como se aprecia en las fotos (se aprecia mejor en las fotos que proporciono más abajo), la zona de los laterales—ya de por si una zona con menos densidad que el occipital—en mi caso está especialmente despoblada. El motivo secundario es que mi alopecia es difusa. Pero el motivo principal parece ser la tricotilomanía—un trastorno compulsivo consistente en toquetear/arrancarse pelos de diversas partes del cuerpo para lidiar con la ansiedad—que padezco desde hace al menos diez años. Desde que recibí la respuesta de la doctora expresando preocupación por la tricotilomanía, y con el deseo de ir superando por fin este trastorno para salvar mi pelo, he logrado dejar de arrancarme en casi todo el lateral (sólo me he tirado detrás de la oreja). Pero ahora tocaba analizar el daño existente.
Lo cierto es que nunca he tenido una tricotilomanía particularmente agresiva, nunca me he arrancado muchísimo pelo, y siempre ha estado muy vinculada a actividades estáticas y generadoras de estrés (como estudiar). No obstante, si ha sido un comportamiento que ha permanecido constante; con una intensidad menor de pequeño y mayor en los últimos 5 años por motivos personales. Mi mayor progreso con la tricotilomanía fue ser capaz de dejar de tocar/arrancar en cualquier zona de pelo no resistente al DHT (la hormona que hace que se te caiga el pelo). Es decir, si bien de pequeño me tiraba del pelo un poco por todos lados, desde los 21 o así fui capaz de sólo arrancarme por los laterales y detrás (con la idea de que no quería debilitar el pelo que ya podía verse afectado el día de mañana de alopecia). La coronilla y el frontal no los tocaba ya.
Las preguntas que siempre había tenido eran, pues: ¿El arrancarme pelo tiene secuelas permanentes en la calidad de los pelos que recrecen, y/o en la piel en a la que están anclados? ¿Hay alguna diferencia a la respuesta en función de si me arranco de zonas resistentes o no al DHT? En definitiva, ¿mis arranques tempranos de pelo, o los que seguía realizando, tendrían un impacto en un potencial injerto? La respuesta la descubriría muy pronto.
2) El desarrollo de la operación
a) La consulta previa
Fui a Castellón hace apenas 3 días, el 10 de julio. En una consulta previa la doctora me dijo que sentía que la zona de los laterales estaba mejor de lo esperado originalmente, y tras usar un tricoscopio (principalmente en esa zona), concluyó que no tenía tejido cicatricial donde me había arrancado el pelo, y que por tanto la menor densidad se debía al arranque reciente. Si conseguía dejar de tirarme, probablemente ese pelo volvería a crecer. En definitiva, me dijo que los folículos no estaban cicatrizados, pero si era posible que por arrancar, folículos de más pelos (i.e, 3 pelos) hubiesen pasado a convertirse en folículos de menos pelos (i.e, 2).
La segunda conclusión fue que mi alopecia era difusa, presentaba signos de miniaturización un poco por todo el cabello, si bien la mayor pérdida de densidad era en la parte frontal. Esto era una buena noticia, ya que la difusa parece responder mejor a la mediación.
La tercera cuestión fue el diseño de la línea: se respetó prácticamente la línea con la que aparecí, con la idea de repoblarla y de bajar mínimamente las zonas en las que tenía un poquito más de irregularidad y había perdido algo más de pelo, pero respetando en general la asimetría natural existente.
Finalmente, quedamos en que en esta operación se podía extraer del occipital e incluso un poco del lateral trasero superior (algo que mirando las fotos se había descartado a priori). En el caso de necesitar otra operación en el futuro, si cuidaba los laterales probablemente me serviriían de zona donante (de momento estaban demasiado dañados para extraer, pero la expectativa era que en el futuro se recuperasen). El injerto se haría exclusivamente en la zona frontal, para refijar un poco la línea y repoblar. La coronilla se esperaba que mejorase con el cambio de medicación, y además no tengo muy claro que ahí tenga tanta alopecia pues siempre he clareado en la zona del remolino (incluso de niño).
Adjunto fotos de mi pelo el día antes de la operación. En las tres primeras se ve un peinado frontal más "estratégico", más neutro, y más desfavorable (donde más se ve la pérdida).
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b) El día de la operación
Sobre los detalles de la operación no me voy a extender; ya existen decenas de posts aquí que los detallan. Me centraré en las particularidades de mi caso.
Primero, la operación se iba a hacer en un sólo día, pues no se necesitaban tantos folículos para cubrir la parte a tratar. Sería una tanda de extracción e inserción en la mañana y otra en la tarde.
Segundo, las malas noticias. Noticia mala 1, al raparme vieron unas pequeñas cicatrices en la parte baja de la zona donante. Adjunto foto:
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Puede ser que sean zonas donde en un pasado me tiré con especial insistencia, o pueden ser granos que me arranqué y en los que escarbé, quién sabe. Pero la sensación que me transmitieron era que ésto afectaba bastante a las unidades a extraer, aunque yo no veía que fuesen tan grandes y no entendía del todo por qué el impacto sería tan significativo.
Noticia mala 2: La extractora le comunicó a la doctora que la calidad del pelo extraído era algo peor de la que se esperaba.
Noticia mala 3: La doctora me dijo que sentía si bien no había plena "cicatrización" en mi zona receptora, sí había algo de "tejido cicatricial". Básicamente, que la piel de mi zona delantera estaba un poco más dura de lo normal, lo cual afectaría a la inserción y a la vascularización.
El resultado de estas tres malas noticias era que a) se iban a poder extraer menos unidades foliculares (por haber menos y porque si la zona receptora es de peor calidad conviene no sobrepoblarla para evitar que no sobrevivan folículos innecesariamente al estar compitiendo por una cantidad de nutrientes subóptima), b) que la expectativa de supervivencia se tenía que rebajar ligeramente (de un 85-90%, me dijeron, a un 75-85%—sin perjuicio de que se hayan visto supervivencias mejores y peores, de hasta el 50%), y c) que la proporción de pelos por folículo probablemente fuese algo más baja que en otras operaciones.
Éstas informaciones , como entenderéis, no me gustaron nada. Le pregunté a la doctora cómo era posible que no se hubiese dado cuenta de la peor calidad de los folículos, de las cicatrices occipitales y de la cierta "cicatrización" de la zona receptora en la consulta previa. Me parecía que el día anterior me había dicho justo lo contrario a lo que me estaba diciendo ese día: unos laterales mejor de lo esperado y una piel no cicatrizada por haberse arrancado pelos se habían tornado en menos extracción, peores folículos, peor piel y peor supervivencia. La doctora me respondió que no podía valorar la calidad del folículo sin extraerlo ni la dureza de la piel sin perforarla, cosas que no iba a hacer en la consulta previa (por eso sólo se habría descubierto al día siguiente, al extraer e insertar respectivamente), y que las cicatrices de la parte inferior del occipital no las había visto con el tricoscopio, habían aparecido al raparme.
Dicho lo anterior, la extracción y el injerto se desarrollaron sin mayores incidencias y la verdad fueron menos desagradables de lo que me esperaba. Le comenté a la doctora antes de la segunda sesión de extracción que, dado que iban a poder extraer menos folículos y ya que estaba ahí, me sentía cómodo si eran un poquito más agresivos extrayendo en la segunda tanda. Es decir, que si tenía que hacer un muy pequeño sacrificio estético, prefería una donante un poquito menos densa a una receptora insuficientemente injertada. Me explicó que tampoco tenía mucho sentido extraer unidades de atrás que no iban a sobrevivir bien alante (ella ya estaba teniendo mucho cuidado de espaciarlas bien para maximizar su supervivencia y si las empezaba a juntar demasiado podríamos acabar con muertes de folículos inútiles). También me dijo que en la tanda matutina se habían extraído 1015 folículos y que la extractora calculaba, siendo muy muy muy optimista, que la de la tarde no proporcionase más de 700 folículos adicionales. Dicho esto, lo cierto es que habló brevemente con la extractora antes de continuar, le dijo que extrajese un poquito más si veía que podía, y al final se pudieron extraer 753 folículos por la tarde (una victoria modesta, pero a estas alturas me aferraba a la más mínima noticia positiva).
El resultado de la operación fue 1768 unidades foliculares, 3510 pelos y un ratio de 1.99 pelos por unidad. La doctora me dijo que le hubiese gustado llegar a 2000 unidades, pero que trabajaba con lo que había, y que considerando mi pelo rizado, a nivel estético la diferencia no debería ser muy notable. El ratio de 1.99 habida cuenta de la situación de mi pelo le pareció bueno; normalmente era algo superior pero no era para nada un mal ratio.
Adjunto foto de cómo quedó la zona receptora y las zonas donantes de los laterales (no me pude hacer foto de la zona donante occipital).
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En mi opinión, la distribución en la zona receptora que ha hecho la doctora es buena. Me hubiese gustado (y a ella) poder poner algo más de folículos en esa tira que hay debajo de la línea azul superior... pero bueno con los folículos extraídos creo que los ha distribuído bien y además en esa zona si sigo teniendo bastante buen pelo. Ella me aseguró que no se vería un cortafuegos o un cambio drástico ni nada parecido.
3) Mi situación y preocupaciones actuales en el postoperatorio
Teniendo todo en cuenta, estoy contento. La doctora me dijo que en cierta forma su labor requiere ponerse en lo peor, pero que confíe en el buen resultado. Me pasó un dossier de pacientes con tejido receptor más cicatrizado que el mío y me pareció que los resultados eran muy buenos. Es verdad que a la mayoría de esos pacientes se les habían injertado el doble de unidades que a mi ( o más), pero también es cierto que en todos los casos estaban el doble de jodidos de pelo que yo.
En definitiva, me siento optimista, porque hay cosas que están fuera de mi control pero lo que estaba en mi control era dar el paso y lo he hecho.
También está en mi control seguir a rajatabla las pautas del postoperatorio, y lo estoy haciendo. No hace falta que os diga que es un sumo coñazo, me he tenido que hacer un excel gigantesco. Gran parte de la supervivencia pasa por los cuidados de ahora, y pretendo luchar por el éxito de cada folículo.
En este sentido, tengo que reconocer que la cosa ha empezado fatal. Nada más volver al hotel me resbalé al agacharme a cargar el móvil y di de lleno con la esquina del cabezal de la cama. Fue un golpe mínimo y súper localizado, pero suficiente para que un injerto estallase y empezase a brotar sangre. Conté un folículo caído (¿quizás dos?), y fue como si se muriese un hijo hahah. A la mañana siguiente la doctora me vio, limpió un poco el golpe y me dijo que sólo veía un folículo perdido (aunque juraría que ese folículo tenía muchos pelos... ¡demonios!).
La moraleja es que hay que desarrollar una gran consciencia del espacio para proteger mi cabeza, y cuidar mucho los movimientos. Pagué la novatada, no se si a vosotros os ha pasado.
Finalmente, con el pelo corto y recién injertado a mi mano ni se le ocurre acercarse a mi pelo, tricotilomanía o no. Tengo la determinación de que siga siendo así. He conseguido mejorar la trico antes, y ya es momento de vencerla.
-------------
En fin, acabo aquí mi primer post, y os actualizaré periódicamente. Aprecio mucho vuestros comentarios y preguntas, y pido disculpas de antemano por la enorme extensión, sin duda todos los posts en adelante serán más breves.
Un abrazo y ánimo a todos.
Me podéis llamar Bezaliel. Vengo a compartir la experiencia de mi transplante capilar en tiempo real.
En este post introductorio hablaré de:
1) presentación
2) el desarrollo de la operación
3) mi situación y preocupaciones actuales en el postoperatorio (las cuáles iré actualizando periódicamente).
1) Presentación
a) Contexto preoperación
Soy un hombre de 27 años con el pelo castaño claro, rizado, de densidad media y fino. A los 23, noté una disminución en la densidad del pelo, especialmente en la parte frontal. Empecé a usar minoxidil tópico, obteniendo buenos resultados por un año y medio. Sin embargo, al empeorar la situación, tras pruebas endocrinas, comencé a tomar finasterida hace 1 año y 9 meses. Inicialmente tomé 0.5 mg al día, luego aumenté a 0.8 mg durante 7 meses y actualmente tomo 1.25 mg al día, descansando los domingos. He logrado estabilizar la caída del cabello sin experimentar efectos secundarios.
Desde hace un año quería repoblar la parte frontal. Al final decidí esperar un año para ver si tenía recrecimiento (no lo ha habido) y para fijar la estabilización de la alopecia.
Adjunto fotos de hace un mes:
Ya el verano pasado empece a investigar y contacte con clínicas turcas (elithair y sky hair). Gracias a Dios investigué en diversos foros y decidí que el transplante lo haría en España, ya que todos esos sitios eran considerados granjas de pelo, no daban las garantías que puede dar una clínica aquí, y porque tuve una mala experiencia como cliente (una clínica por ejemplo me intento vender el transplante de una manera super agresiva, incluso se enfadaron cuando les dije que finalmente no lo haría).
Tras un año de espera, en junio me puse a tope con la investigación para hacer el transplante en julio (por motivos de trabajo no podía esperar al otoño, operarme después sería logísticamente muy complicado y no quería esperar otro año). Fue un error, debería haber seguido investigando a lo largo del año, porque pronto me di cuenta de lo dificultoso de bucear entre muchísimas clínicas para encontrar una en el punto mágico de calidad, experiencia, precio y disponibilidad. No me podía permitir los doctores super top de los que se habla en todos lados (freitas, couto, lorenzo), pero sabía que había clínicas muy buenas menos conocidas. Ximena vila parecía un buen punto intermedio pero de nuevo una lista de espera inasumuble.
En fin, me di cuenta que esto era un campo de minas, y decidí que lo mejor era consultar con alguien que lo hubiese atravesado ya, sin perjuicio de que continuar mis indagaciones. Contacté con un youtuber con muchos años de experiencia en este mundo y que me parecía honesto, claro, sin intereses ulteriores (algo imposible de verificar) y serio. Concerté una consulta y me habló de Zira, y de la doctora Coello en concreto. A su parecer, tenía resultados iguales que los de la más conocida Ochoa, a un precio inferior (imagino que porque está en una clínica en Castellón, no Valencia, y al ser un equipo más nuevo están intentando darle más visibilidad) y, sobre todo, la doctora Coello tenía disponibilidad en las fechas en las que me quería operar.
Nada es perfecto, y de los requisitos que yo buscaba, Coello tenía casi todos pero no todos. Zira me parecía una clínica seria, con buenos comentarios por lo que había visto en este foro, y esta doctora en concreto venía bien recomendada por el youtuber. Parecían profesionales transparentes con sus resultados (dentro de lo que cabe), y la formación de las doctoras e injertoras parecía buena (la clínica parte de una excisión de profesionales del doctor Freitas, es un link complejo pero real; entiendo que han heredado protocolos suyos). El trato conmigo fue bueno desde el inicio. Tenía disponibilidad y estaba en precio. Lo que no tenía era toda la experiencia que me hubiese gustado. La doctora llevaba si no recuerdo mal algo más de dos años injertando, y la extractora con la que me operé uno. A pesar de ser un detalle muy importante, lo cierto es que lo más determinante son los resultados. Vi todos los resultados de Coello que pude (instagram, un dossier de fotos de pacientes mandado por la clínica y otras encontradas online), y me gustaron.
b) Consulta y el tema de la tricotilomanía
En cuanto a medicación, desde la valoración de las fotos iniciales la doctora me pautó sustituir la finasterida por 0.5mg diarios de dutasterida, los cuales he ido incorporando paulatinamente.
Respecto de mi situación, desde el inicio el punto a mi favor es que la zona a injertar tenía ya pelo, facilitando el diseño de los injertos a realizar y la vascularización de la zona receptora. Pero el gran inconveniente fue la falta de cabello en la zona donante de los laterales. Como se aprecia en las fotos (se aprecia mejor en las fotos que proporciono más abajo), la zona de los laterales—ya de por si una zona con menos densidad que el occipital—en mi caso está especialmente despoblada. El motivo secundario es que mi alopecia es difusa. Pero el motivo principal parece ser la tricotilomanía—un trastorno compulsivo consistente en toquetear/arrancarse pelos de diversas partes del cuerpo para lidiar con la ansiedad—que padezco desde hace al menos diez años. Desde que recibí la respuesta de la doctora expresando preocupación por la tricotilomanía, y con el deseo de ir superando por fin este trastorno para salvar mi pelo, he logrado dejar de arrancarme en casi todo el lateral (sólo me he tirado detrás de la oreja). Pero ahora tocaba analizar el daño existente.
Lo cierto es que nunca he tenido una tricotilomanía particularmente agresiva, nunca me he arrancado muchísimo pelo, y siempre ha estado muy vinculada a actividades estáticas y generadoras de estrés (como estudiar). No obstante, si ha sido un comportamiento que ha permanecido constante; con una intensidad menor de pequeño y mayor en los últimos 5 años por motivos personales. Mi mayor progreso con la tricotilomanía fue ser capaz de dejar de tocar/arrancar en cualquier zona de pelo no resistente al DHT (la hormona que hace que se te caiga el pelo). Es decir, si bien de pequeño me tiraba del pelo un poco por todos lados, desde los 21 o así fui capaz de sólo arrancarme por los laterales y detrás (con la idea de que no quería debilitar el pelo que ya podía verse afectado el día de mañana de alopecia). La coronilla y el frontal no los tocaba ya.
Las preguntas que siempre había tenido eran, pues: ¿El arrancarme pelo tiene secuelas permanentes en la calidad de los pelos que recrecen, y/o en la piel en a la que están anclados? ¿Hay alguna diferencia a la respuesta en función de si me arranco de zonas resistentes o no al DHT? En definitiva, ¿mis arranques tempranos de pelo, o los que seguía realizando, tendrían un impacto en un potencial injerto? La respuesta la descubriría muy pronto.
2) El desarrollo de la operación
a) La consulta previa
Fui a Castellón hace apenas 3 días, el 10 de julio. En una consulta previa la doctora me dijo que sentía que la zona de los laterales estaba mejor de lo esperado originalmente, y tras usar un tricoscopio (principalmente en esa zona), concluyó que no tenía tejido cicatricial donde me había arrancado el pelo, y que por tanto la menor densidad se debía al arranque reciente. Si conseguía dejar de tirarme, probablemente ese pelo volvería a crecer. En definitiva, me dijo que los folículos no estaban cicatrizados, pero si era posible que por arrancar, folículos de más pelos (i.e, 3 pelos) hubiesen pasado a convertirse en folículos de menos pelos (i.e, 2).
La segunda conclusión fue que mi alopecia era difusa, presentaba signos de miniaturización un poco por todo el cabello, si bien la mayor pérdida de densidad era en la parte frontal. Esto era una buena noticia, ya que la difusa parece responder mejor a la mediación.
La tercera cuestión fue el diseño de la línea: se respetó prácticamente la línea con la que aparecí, con la idea de repoblarla y de bajar mínimamente las zonas en las que tenía un poquito más de irregularidad y había perdido algo más de pelo, pero respetando en general la asimetría natural existente.
Finalmente, quedamos en que en esta operación se podía extraer del occipital e incluso un poco del lateral trasero superior (algo que mirando las fotos se había descartado a priori). En el caso de necesitar otra operación en el futuro, si cuidaba los laterales probablemente me serviriían de zona donante (de momento estaban demasiado dañados para extraer, pero la expectativa era que en el futuro se recuperasen). El injerto se haría exclusivamente en la zona frontal, para refijar un poco la línea y repoblar. La coronilla se esperaba que mejorase con el cambio de medicación, y además no tengo muy claro que ahí tenga tanta alopecia pues siempre he clareado en la zona del remolino (incluso de niño).
Adjunto fotos de mi pelo el día antes de la operación. En las tres primeras se ve un peinado frontal más "estratégico", más neutro, y más desfavorable (donde más se ve la pérdida).
b) El día de la operación
Sobre los detalles de la operación no me voy a extender; ya existen decenas de posts aquí que los detallan. Me centraré en las particularidades de mi caso.
Primero, la operación se iba a hacer en un sólo día, pues no se necesitaban tantos folículos para cubrir la parte a tratar. Sería una tanda de extracción e inserción en la mañana y otra en la tarde.
Segundo, las malas noticias. Noticia mala 1, al raparme vieron unas pequeñas cicatrices en la parte baja de la zona donante. Adjunto foto:
Puede ser que sean zonas donde en un pasado me tiré con especial insistencia, o pueden ser granos que me arranqué y en los que escarbé, quién sabe. Pero la sensación que me transmitieron era que ésto afectaba bastante a las unidades a extraer, aunque yo no veía que fuesen tan grandes y no entendía del todo por qué el impacto sería tan significativo.
Noticia mala 2: La extractora le comunicó a la doctora que la calidad del pelo extraído era algo peor de la que se esperaba.
Noticia mala 3: La doctora me dijo que sentía si bien no había plena "cicatrización" en mi zona receptora, sí había algo de "tejido cicatricial". Básicamente, que la piel de mi zona delantera estaba un poco más dura de lo normal, lo cual afectaría a la inserción y a la vascularización.
El resultado de estas tres malas noticias era que a) se iban a poder extraer menos unidades foliculares (por haber menos y porque si la zona receptora es de peor calidad conviene no sobrepoblarla para evitar que no sobrevivan folículos innecesariamente al estar compitiendo por una cantidad de nutrientes subóptima), b) que la expectativa de supervivencia se tenía que rebajar ligeramente (de un 85-90%, me dijeron, a un 75-85%—sin perjuicio de que se hayan visto supervivencias mejores y peores, de hasta el 50%), y c) que la proporción de pelos por folículo probablemente fuese algo más baja que en otras operaciones.
Éstas informaciones , como entenderéis, no me gustaron nada. Le pregunté a la doctora cómo era posible que no se hubiese dado cuenta de la peor calidad de los folículos, de las cicatrices occipitales y de la cierta "cicatrización" de la zona receptora en la consulta previa. Me parecía que el día anterior me había dicho justo lo contrario a lo que me estaba diciendo ese día: unos laterales mejor de lo esperado y una piel no cicatrizada por haberse arrancado pelos se habían tornado en menos extracción, peores folículos, peor piel y peor supervivencia. La doctora me respondió que no podía valorar la calidad del folículo sin extraerlo ni la dureza de la piel sin perforarla, cosas que no iba a hacer en la consulta previa (por eso sólo se habría descubierto al día siguiente, al extraer e insertar respectivamente), y que las cicatrices de la parte inferior del occipital no las había visto con el tricoscopio, habían aparecido al raparme.
Dicho lo anterior, la extracción y el injerto se desarrollaron sin mayores incidencias y la verdad fueron menos desagradables de lo que me esperaba. Le comenté a la doctora antes de la segunda sesión de extracción que, dado que iban a poder extraer menos folículos y ya que estaba ahí, me sentía cómodo si eran un poquito más agresivos extrayendo en la segunda tanda. Es decir, que si tenía que hacer un muy pequeño sacrificio estético, prefería una donante un poquito menos densa a una receptora insuficientemente injertada. Me explicó que tampoco tenía mucho sentido extraer unidades de atrás que no iban a sobrevivir bien alante (ella ya estaba teniendo mucho cuidado de espaciarlas bien para maximizar su supervivencia y si las empezaba a juntar demasiado podríamos acabar con muertes de folículos inútiles). También me dijo que en la tanda matutina se habían extraído 1015 folículos y que la extractora calculaba, siendo muy muy muy optimista, que la de la tarde no proporcionase más de 700 folículos adicionales. Dicho esto, lo cierto es que habló brevemente con la extractora antes de continuar, le dijo que extrajese un poquito más si veía que podía, y al final se pudieron extraer 753 folículos por la tarde (una victoria modesta, pero a estas alturas me aferraba a la más mínima noticia positiva).
El resultado de la operación fue 1768 unidades foliculares, 3510 pelos y un ratio de 1.99 pelos por unidad. La doctora me dijo que le hubiese gustado llegar a 2000 unidades, pero que trabajaba con lo que había, y que considerando mi pelo rizado, a nivel estético la diferencia no debería ser muy notable. El ratio de 1.99 habida cuenta de la situación de mi pelo le pareció bueno; normalmente era algo superior pero no era para nada un mal ratio.
Adjunto foto de cómo quedó la zona receptora y las zonas donantes de los laterales (no me pude hacer foto de la zona donante occipital).
En mi opinión, la distribución en la zona receptora que ha hecho la doctora es buena. Me hubiese gustado (y a ella) poder poner algo más de folículos en esa tira que hay debajo de la línea azul superior... pero bueno con los folículos extraídos creo que los ha distribuído bien y además en esa zona si sigo teniendo bastante buen pelo. Ella me aseguró que no se vería un cortafuegos o un cambio drástico ni nada parecido.
3) Mi situación y preocupaciones actuales en el postoperatorio
Teniendo todo en cuenta, estoy contento. La doctora me dijo que en cierta forma su labor requiere ponerse en lo peor, pero que confíe en el buen resultado. Me pasó un dossier de pacientes con tejido receptor más cicatrizado que el mío y me pareció que los resultados eran muy buenos. Es verdad que a la mayoría de esos pacientes se les habían injertado el doble de unidades que a mi ( o más), pero también es cierto que en todos los casos estaban el doble de jodidos de pelo que yo.
En definitiva, me siento optimista, porque hay cosas que están fuera de mi control pero lo que estaba en mi control era dar el paso y lo he hecho.
También está en mi control seguir a rajatabla las pautas del postoperatorio, y lo estoy haciendo. No hace falta que os diga que es un sumo coñazo, me he tenido que hacer un excel gigantesco. Gran parte de la supervivencia pasa por los cuidados de ahora, y pretendo luchar por el éxito de cada folículo.
En este sentido, tengo que reconocer que la cosa ha empezado fatal. Nada más volver al hotel me resbalé al agacharme a cargar el móvil y di de lleno con la esquina del cabezal de la cama. Fue un golpe mínimo y súper localizado, pero suficiente para que un injerto estallase y empezase a brotar sangre. Conté un folículo caído (¿quizás dos?), y fue como si se muriese un hijo hahah. A la mañana siguiente la doctora me vio, limpió un poco el golpe y me dijo que sólo veía un folículo perdido (aunque juraría que ese folículo tenía muchos pelos... ¡demonios!).
La moraleja es que hay que desarrollar una gran consciencia del espacio para proteger mi cabeza, y cuidar mucho los movimientos. Pagué la novatada, no se si a vosotros os ha pasado.
Finalmente, con el pelo corto y recién injertado a mi mano ni se le ocurre acercarse a mi pelo, tricotilomanía o no. Tengo la determinación de que siga siendo así. He conseguido mejorar la trico antes, y ya es momento de vencerla.
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En fin, acabo aquí mi primer post, y os actualizaré periódicamente. Aprecio mucho vuestros comentarios y preguntas, y pido disculpas de antemano por la enorme extensión, sin duda todos los posts en adelante serán más breves.
Un abrazo y ánimo a todos.
Estadísticas: Publicado por bezaliel — Dom Jul 14, 2024 1:29 am